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jueves, 20 de enero de 2011

Niña dormida.

A veces la luna ilumina
su rostro de dulce niña,
aquella que a veces llora
y poco a poco dolida se queda.

Aquella que durmiendo vuela
porque su vida no la consuela.
Que sueña con una vida infinita
llena de muñecas de cera,
donde los campos son verdes
y el manto del cielo llena.

El tiempo pasó
y la niña se hizo mujer,
es cuando tarde comprendió
que hay muchas cosas por querer
que algunas desaparecerán
y que otras podrás poseer.

Muchas de las cosas que sustituyes
habrán merecido la pena,
y por mucho que esperes
no toda cosa llega.

Que de la amistad al amor
solo hay un paso,
Y del amor al odio
un indeseado resentimiento.
¿Y finalmente que queda?
Una vida llena de sorpresas.

Al final del camino,
todos los recuerdos llegan,
los buscas insaciablente,
y lo que queda a tu lado
en este largo trayecto
es lo que de verdad importa.

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